Por: Luis Alfredo Bonza
Qué bueno encontrar a una respetable dama como presidente del
Concejo Municipal de Bucaramanga. Caso de una digna Concejal cual es Nancy
Elvira Lora, señora de abecedarios claros y francos, axiomática en sus
determinaciones, generosa, categórica, humana, tiene en su estar una ejemplar
grafía que denota; se está al frente de una persona en quien se puede confiar,
hemos visto su actuar en su benemérita distinción cuyo mandamiento dio inicio
el 1° de enero del presente año hasta finalizar el 2019.
La vida le cambió a la Concejal Nancy Elvira Lora, a partir
de un día aciago para ella en el mes de abril de 2010, cuando en ese entonces,
su esposo Alberto Rueda concejal en otrora, se nos adelantó en el camino de
esta vida, para llegar a disfrutar de la existencia celestial a lado de nuestro
creador, una vez entregado “Beto”, como le decíamos con aprecio, a la tierra
que lo vio nacer, en una reflexión sentida de Nancy Elvira entendió que debía
enarbolar las banderas que le dejó su esposo, creadas al servicio a las
comunidades sin distingo; una luz le indicaba a Doña Nancy que debía seguir
trabajando por la ciudad a paso firme y sostenido continuando la senda dejada
por Alberto, quien desde el más allá la acompaña y lo seguirá haciendo para que
su trabajo sea fructífero en favor de los más necesitados, sin descuidar las
peticiones con razonamiento.
Al terminar el presente año terminará su segundo periodo como
Concejal de Bucaramanga, la misma que la impulsó a un arte como la política,
cuyo éxito es cumplir la palabra dada, como su conyugue a quien nunca abandonó
en su trabajo social, para hoy estar de igual manera cumpliéndolo como
paradigma en la política santandereana y su capital.Llegar al Concejo de
Bucaramanga para Nancy Elvira Lora era un reto, pero logró salir avante de este
desafío, que no era más que articular sus ideas, que hoy como Presidente del
Concejo de Bucaramanga, arrecia la unidad liberal de su bancada al ser su
perfil serio, con su hidalguía inmensurable. ¡Felicitaciones! con su equipo de
trabajo, a su Jefe de Comunicaciones, la encantadora Omaira Esteban, quien con
sus periodistas cumplen una loable labor en la información oportuna, terminada
cada sesión se puede saber lo que ocurrió, una buena conducta que ojalá la
copien por el bien del periodismo.
La mujer igualmente puede desempeñar cargos de alta
responsabilidad en el sector oficial, por ello el reconocimiento, a lo mejor
esta columna arde, pero no hace ampolla. “Escribid las injurias en la
arena, grabad los beneficios en el mármol” Claude Boiste.
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